POBREZA. No había envases adecuados, por eso los niños,
sentados sobre cartones y trapos sucios, utilizaron los platos y vasos con los
cuales comían para recibir la solidaridad de las personas que transitaban por
inmediaciones de la Vicepresidencia y la plaza San Francisco
Con ollas y platos vacios, en el mejor de los casos canastas
y otros recipientes, los niños del Tipnis, que se encuentran en vigilia junto a
sus padres frente a la Vicepresidencia, decidieron salir de sus carpas y
postrarse en las calles paceñas para pedir limosna a la población, como una
forma de protesta ante la falta de respuestas a sus demandas.
La medida también se replicó en inmediaciones de la plaza
San Francisco, donde los indígenas no solo pedían limosna sentados en cartones
y trapos tendidos en el piso, sino que, con tamborines en mano, llamaban la
atención de las personas que atravesaban el sector con una melodía sin ton ni
son.
Algunos indígenas decían que la medida no tiene el fin de
buscar limosna de la población paceña, más lo que se quiere es que el Gobierno
se dé cuenta sobre las consecuencias que conlleva su desatención a la
plataforma de demandas de la IX marcha.
“Es para que nos escuche el presidente, para que por lo
menos solucione algo de nuestro problema, no es porque pidamos limosna, sino
que es para que él escuche y entienda”, dijo una de las madres de los infantes,
la indígena sirionó Isora Suárez, quien acompañaba a los niños en esta medida.
La gente una a una se aproximaba para depositar una moneda
en esos tarros y platitos vacíos, que también sirven para que los niños se
alimenten, pues muchos de esos envases aún tenían sobras de arroz o restos de
comida del almuerzo que los niños ingirieron horas antes de asumir esta medida.
Cada niño iba acompañado de un letrero que lo identificaba
como indígena, pues en ella, además de pedir respeto a su territorio, daba a
conocer la comunidad de la cual provenía cada uno.

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